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In Haiti, Kenya Chooses Imperialist Servitude Over Pan-African Solidarity


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AUGUST 3, 2023—The Black Alliance for Peace (BAP) condemns in the strongest possible terms Kenya’s proposal to lead what amounts to a foreign armed intervention in Haiti. 

Kenya has offered to deploy a contingent of 1,000 police officers to help train and assist Haitian police, ostensibly to “restore order” in the Caribbean republic. Yet, their proposal is nothing more than military occupation by another name; an occupation of Haiti by an African country is not Pan-Africanism, but Western imperialism in Black face. By agreeing to send troops into Haiti, the Kenyan government is assisting in undermining the sovereignty and self-determination of Haitian people, while serving the neocolonial interests of the United States, the Core Group, and the United Nations.

There is an urgent need for clarity on the issue of occupation in Haiti. As described in a recent statement on Haiti and Colonialism, Haiti is under ongoing occupation. No call for foreign intervention into Haiti from the administration of appointed Prime Minister Ariel Henry can be considered legitimate, because the Henry administration itself is illegitimate. BAP has repeatedly pointed out that Haiti’s crisis is a crisis of imperialism. Haiti’s current unpopular and unelected government is propped up only by Haiti’s de facto imperial rulers: the unseemly confederacy of the Core Group countries and organizations, as well as BINUH (the United Nations Integrated Office in Haiti), and a loose alliance of foreign corporations and local elites. 

Henry and the UN have made a mockery of sovereignty by mouthing the slogan “Haitian solutions to Haitian problems,” yet finding the only solution in violence through foreign military intervention. After repeated failed attempts to organize an occupying force to protect their interests and impose their will on the Haitian people (including appeals to the multinational organization, the Caribbean Community [CARICOM] for troops), they have now found a willing accomplice in Kenya, an east African country with its own set of internal problems. 

As Austin Cole, co-coordinator of the BAP Haiti/Americas Team, argues: “At best, Kenya is allowing itself to be used in a violent line of neocolonial puppetry that will inevitably result in more death and imperial plunder for the masses of Haitians. At worst, Kenya sees this as an easy opportunity to serve the colonial ‘masters’ and win favor for political and financial needs.” 

Indeed, what’s in it for Kenya? An opportunity to both train and enhance the salaries of local police forces and garner a patina of prestige, or at least bootlicking approval, from the West. And for Haiti? White blows from a Black hand and a further erosion of their sovereignty.

BAP demands that Kenya rescind their proposal to send 1,000 police to Haiti, while calling on the Kenyan people to join the Haitian masses and radical voices worldwide in condemning the continued occupation and governance of Haiti by the Core Group and the UN. 

No to occupation. No to foreign intervention. No to Black face imperialism. Yes to sovereignty. Yes to a true Pan-African alliance between the people of Haiti and Kenya.



Banner photo: Police officers patrol a street in the Haitian capital of Port-au-Prince (courtesy Marvens Compère/Haitian Times)



En Español

En Haití, Kenia Prefiere la Servidumbre Imperialista a la Solidaridad PanAfricana

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3 de AGOSTO de 2023—La Alianza Negra por la Paz (BAP) condena en los términos más enérgicos posibles la propuesta de Kenia de liderar lo que equivale a una intervención armada extranjera en Haití.

Kenia ha ofrecido desplegar un contingente de 1.000 policías para ayudar a capacitar y ayudar a la policía haitiana, supuestamente para "restaurar el orden" en la república caribeña. Sin embargo, su propuesta no es más que una ocupación militar con otro nombre; una ocupación de Haití por un país africano no es panafricanismo, sino imperialismo occidental de rostro negro. Al aceptar enviar tropas a Haití, el gobierno keniano está contribuyendo a socavar la soberanía y la autodeterminación del pueblo haitiano, al tiempo que sirve a los intereses neocoloniales de Estados Unidos, el ‘Core Group’ y las Naciones Unidas.

Urge aclarar la cuestión de la ocupación en Haití. Como se describe en una reciente declaración sobre Haití y el colonialismo, Haití está bajo una ocupación continua. Ningún llamado a la intervención extranjera en Haití por parte de la administración del nombrado Primer Ministro Ariel Henry puede considerarse legítimo, porque la propia administración Henry es ilegítima. BAP ha señalado en repetidas ocasiones que la crisis de Haití es una crisis del imperialismo. El actual gobierno de Haití, impopular y no electo, solo es sostenido por los gobernantes imperiales de facto de Haití: la indecorosa confederación de países y organizaciones del ‘Core Group’, así como la BINUH (Oficina Integrada de las Naciones Unidas en Haití), y una vaga alianza de corporaciones extranjeras y élites locales.

Henry y la ONU han hecho un desprecio a la soberanía al repetir el eslogan "soluciones haitianas para problemas haitianos", pero encontrando la única solución en la violencia a través de la intervención militar extranjera. Después de repetidos intentos fallidos de organizar una fuerza de ocupación para proteger sus intereses e imponer su voluntad sobre el pueblo haitiano (incluidos llamados a la organización multinacional, la Comunidad del Caribe [CARICOM], para enviar tropas), ahora han encontrado un cómplice dispuesto en Kenia, un país de África Oriental con sus propios problemas internos.

Como argumenta Austin Cole, co-coordinador del Equipo Haití/Américas de BAP: "En el mejor de los casos, Kenia se está dejando utilizar en una violenta línea de títeres neocolonial que inevitablemente resultará en más muertes y saqueo imperial para las masas de haitianos. En el peor de los casos, Kenia ve la intervención como una oportunidad fácil para servir a los 'amos' coloniales y obtener favor político y financiero."

¿Qué gana Kenia con ello? Una oportunidad para formar y mejorar los salarios de las fuerzas policiales locales y obtener una pátina de prestigio, o al menos la aprobación de Occidente. ¿Y para Haití? Golpes blancos de una mano negra y una mayor erosión de su soberanía.

BAP exige que Kenia rescinda su propuesta de enviar 1.000 policías a Haití, mientras hace un llamado al pueblo keniano para que se una a las masas haitianas y a las voces radicales de todo el mundo en la condena de la continua ocupación y gobernación de Haití por parte del Core Group y la ONU.

No a la ocupación. No a la intervención extranjera. No al imperialismo con rostro negro. Sí a la soberanía. Sí a una verdadera alianza panafricana entre el pueblo de Haití y Kenia.


Fotografía del encabezamiento: Agentes de policía patrullan una calle de Puerto Príncipe, la capital haitiana (cortesía de Marvens Compère/Haitian Times)